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APROXIMACIONES: DESDE UNA COMPRENSIÓN INTEGRAL DE LA FAMILIA.

Se hace indispensable iniciar una aproximación más integral a lo que entendemos por familia, problematizar una definición conceptual de la misma, según lo expuestopor Echeverri quien define la familia como “el principal agente transmisor
de las normas, de los valores y de las identidades individuales y sociales; es el
ámbito fundamental para la consolidación de los afectos y es el espacio donde se
focalizan las acciones de todas las demás instituciones sociales”. Si bien es
indispensable comprender el rol transformador y generador de la familia en todos
los ámbitos sociales partiendo del hecho que es la familia el primer espacio de
socialización de cada individuo es importante hacer hincapié en el hecho de
problematizar algunas concepciones anacrónicas de la misma como la expuesta por
Pina quien expresa que al familia es “el grupo de personas entre quienes existe un
parentesco de consanguinidad por lejano que fuere”.
Partiendo de lo anterior es importante aclarar que teniendo en cuenta las
transformaciones familiares y las nuevas manifestaciones de la misma comprender
que familia la familia nuclear no es el único tipo de familia existente en el mundo y
mucho menos en la sociedad Colombia donde estadísticamente los hogares están
conformados por familia monoparentales entonces es el punto de partida pertinente
para confrontar como desde la realidad se materializa la diversidad familiar y como
invisibilidad dichas transformaciones es uno de los errores más grandes que se
pueden cometer.
Siguiendo una línea de transformación de la misma a lo largo de la historia
específicamente la colombiana haciendo alusión a algunas de dichas
transformaciones socioculturales expuestas por Echeverri es posible destacar:
Reducción demográfica, reducción de tasas de natalidad y de mortalidad general e
infantil de la población, Por otra parte, se genera una revolución educativa, donde
se reduce el analfabetismo y se comienzan ampliar las oportunidades de educación
para la mujer y personas de estratos sociales más bajos. En el ámbito laboral
hablamos de una revolución laboral, las mujeres comienzan a trabajar de forma
remunerada, dejando de lado la mano de obra, y comenzado una industrialización
una ampliación en cuanto a la perspectiva y al derecho mismo de ejercer las
paternidades y las maternidades sin estigmatización algún, el primer paso para la
apertura institucional es la apertura cultural el comprender desde la realidad misma
que una familia y la construcción de la misma es inherente a imaginarios o prácticas
religiosas instauradas socialmente y que aunque estas hayan sido vigentes durante
décadas no precisamente es este el factor determínate.
Haciendo hincapié en un aspecto a problematizar desde lo plateando por Echeverri5
quien hace alusión a el “aumento de la jefatura femenina, el aumento de las rupturas
conyugales, del madresolterismo adolescente, de la viudez femenina como
resultado de la creciente violencia del país, del abandono consciente o inconsciente
de muchos maridos, debido a situaciones complejas que vive la sociedad
colombiana (desempleo, drogadicción y alcoholismo, personas escondidas porque
se encuentran al margen de la ley, personas detenidas o amenazadas), ha
incrementado de una manera impresionante el número de mujeres jefes de hogar”.
Partiendo de lo anterior es indispensable comprender como desde lo institucional
se posibilita la intervención de dichas problemáticas sociales las madres cabeza de
hogar han existido desde tiempos inmemoriales el tratamiento e abordaje que s ele
ha hecho a dicha dinámica es el aspecto a revolucionar primero comprendiendo que
la maternidad no es propia de la mujer y que debería existir dicha imposición por el
contrario la paternidad responsable no solo debería ser una utopía cultural si no por
el contrario una realidad social transverzalizada por una sociedad igualitaria donde
lo normal sean maternidades y paternidades re4sonsables y que desde la gestión
institucional se generen plataformas que propicien el fortalecimiento de los lazos
familiares y políticas públicas que comprendan las dinámicas familiares y regionales
dentro de las cuales se inserta la familia comprendiendo que esta también es el
reflejo de la sociedad.
Consecuencias del aumento de la jefatura femenina, estas mujeres deben hacerse
cargo de los hijos solas o buscar el apoyo, cuando ello es posible, de sus parientes
viejos. Especialmente en el primer caso, la carencia de una imagen paterna y
masculina en la familia tiene serias repercusiones para la formación de la
personalidad de las gentes de las nuevas generaciones, descontando las
dramáticas situaciones económicas que se observan entre las familias de jefatura
femenina con escasos recursos y bajo nivel educativo. Estas realidades sumadas a
otras mencionadas anteriormente, han determinado cambios o desplazamientos de
las funciones que tradicionalmente desempeñaba la familia, así como la necesidad
de modificar los roles de género al interior de la unidad doméstica y fuera de ella.
una ampliación en cuanto a la perspectiva y al derecho mismo de ejercer las
paternidades y las maternidades sin estigmatización algún, el primer paso para la
apertura institucional es la apertura cultural el comprender desde la realidad misma
que una familia y la construcción de la misma es inherente a imaginarios o prácticas
religiosas instauradas socialmente y que aunque estas hayan sido vigentes durante
décadas no precisamente es este el factor determínate.
Haciendo hincapié en un aspecto a problematizar desde lo plateando por Echeverri5
quien hace alusión a el “aumento de la jefatura femenina, el aumento de las rupturas
conyugales, del madresolterismo adolescente, de la viudez femenina como
resultado de la creciente violencia del país, del abandono consciente o inconsciente
de muchos maridos, debido a situaciones complejas que vive la sociedad
colombiana (desempleo, drogadicción y alcoholismo, personas escondidas porque
se encuentran al margen de la ley, personas detenidas o amenazadas), ha
incrementado de una manera impresionante el número de mujeres jefes de hogar”.
Partiendo de lo anterior es indispensable comprender como desde lo institucional
se posibilita la intervención de dichas problemáticas sociales las madres cabeza de
hogar han existido desde tiempos inmemoriales el tratamiento e abordaje que s ele
ha hecho a dicha dinámica es el aspecto a revolucionar primero comprendiendo que
la maternidad no es propia de la mujer y que debería existir dicha imposición por el
contrario la paternidad responsable no solo debería ser una utopía cultural si no por
el contrario una realidad social transverzalizada por una sociedad igualitaria donde
lo normal sean maternidades y paternidades re4sonsables y que desde la gestión
institucional se generen plataformas que propicien el fortalecimiento de los lazos
familiares y políticas públicas que comprendan las dinámicas familiares y regionales
dentro de las cuales se inserta la familia comprendiendo que esta también es el
reflejo de la sociedad.
Consecuencias del aumento de la jefatura femenina, estas mujeres deben hacerse
cargo de los hijos solas o buscar el apoyo, cuando ello es posible, de sus parientes
viejos. Especialmente en el primer caso, la carencia de una imagen paterna y
masculina en la familia tiene serias repercusiones para la formación de la
personalidad de las gentes de las nuevas generaciones, descontando las
dramáticas situaciones económicas que se observan entre las familias de jefatura
femenina con escasos recursos y bajo nivel educativo. Estas realidades sumadas a
otras mencionadas anteriormente, han determinado cambios o desplazamientos de
las funciones que tradicionalmente desempeñaba la familia, así como la necesidad
de modificar los roles de género al interior de la unidad doméstica y fuera de ella.
Teniendo en cuenta lo anterior es importante fortalecer los aspectos relacionados a
la manifestación de la paternidad misma en la familia y en la conformación de sus
dinámicas la mujer ha sido desde siempre la “cabeza” de la familia connotación
anacrónica y arbitraria ya que sobre ningún integrante debe recaer la
responsabilidad de la misma la familia como unidad democrática debe visualizar y confrontar dinámicas que posibiliten un conformación democrática de cada uno de
los deberes y de la organización de la misma los rezagos de una sociedad patriarcal
han posibilitado imaginarios errados de como debería ser una familia y ha
influenciado e impactado de forma negativa la confirmación de la misma por eso. Desde la sociedad es indispensable romper con dichos patrones que desde lo micro
a lo macro generen impacto y transformación social. Desde la familia se deben
generar espacios de justicia y participación.

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